sábado, 9 de marzo de 2013

Revolución Cubana


REVOLUCIÓN CUBANA.

EE.UU. EN CUBA: ENTRE EL CONTROL TOTAL DE LA ECONOMÍA Y EL BLOQUEO 
Desde que se independizara de España, la vida política de Cuba había estado condicionada por la relación que mantenía con Estados Unidos.  Hasta 1933, en la constitución cubana existía una cláusula, conocida como la 'Enmienda Platt', que permitía la intervención norteamericana en la isla, "para proteger la vida, la libertad y los bienes' de los ciudadanos de ese país, residentes en Cuba.
La Estación Naval en la Bahía de Guantánamo se estableció en 1898, cuando Estados Unidos obtuvo el control de Cuba por parte de España al término de la Guerra hispano-estadounidense, siguiendo con la invasión de la Bahía de Guantánamo en 1898. El gobierno de Estados Unidos obtuvo una concesión perpetua que comenzó el 23 de febrero de 1903, otorgada por Tomás Estrada Palma, primer presidente de la República de Cuba.

El recién formado protectorado estadounidense incorporó la Enmienda Platt en la Constitución cubana. El tratado cubano-estadounidense establecía, entre otras cosas, que Estados Unidos tendría completo control y jurisdicción sobre la bahía de Guantánamo, con propósitos de operar estaciones navales y de embarque, mientras que reconocía que la República de Cuba mantenía su soberanía.

Hacia 1952, las empresas norteamericanas controlaban el 47,4% de la producción azucarera, el 90% de la producción de electricidad y de las redes telefónicas, el 70% de las refinerías de petróleo, el 100% de la producción de níquel y el 25% de las casas comerciales, los hoteles y la industria de productos alimenticios. Desde que comenzó la revolución, Cuba fue hostigada por Estados Unidos.  En 1960, el gobierno norteamericano dejó de comprar azúcar.  Esto condujo a un acercamiento de los cubanos con la U.R.S.S., que se comprometió a comprar medio millón de toneladas anuales de azúcar durante cuatro años.  Estados Unidos decidió entonces no enviar más petróleo a Cuba, que comenzó a proveerse de la U.R.S.S.

Las compañías norteamericanas en la isla se negaron a trabajar y el gobierno respondió expropiando y nacionalizando todas las empresas petroleras de ese origen y, luego, las compañías de electricidad y teléfonos.

La economía cubana y la dictadura de Batista.

La economía de Cuba dependía de las exportaciones de azúcar, cuya producción y comercialización estaba controlada por compañías extranjeras.  Once empresas estadounidenses controlaban casi 1.200.000 hectáreas, que representaban el 47,4% de las tierras dedicadas al cultivo de caña de azúcar.
Fuerzas revolucionarias cubanas lideradas por Camilo Cienfuegos, avanzan hacia el latifundio de United Fruit Company para realizar en nombre del pueblo cubano la intervención y nacionalización de las tierras según dispuesto por la reforma agraria de Castro en 1959.
  
Como en otros países de América Latina, existían, además, grandes latifundios.  Según un censo de 1945, 4 mil personas eran dueñas de más de la mitad del territorio. A partir de 1944, por primera vez la mayoría de la población pudo participar en elecciones.  Sin embargo, los gobiernos electos continuaron bajo la influencia de Estados Unidos. En los primeros años de la década de 1950 se incrementaron las acusaciones de corrupción y, ante las movilizaciones de protesta, un sector del ejército apoyado por compañías norteamericanas y empresarios cubanos, dio un golpe de Estado.  El nuevo dictador fue Fulgencio Batista.

La dictadura sólo se sostuvo mediante una violenta represión.  En poco tiempo, comenzó la resistencia, que unía en sus reclamos la lucha contra las injusticias y desigualdades del orden social con los planteos de independencia económica y autonomía y, por lo tanto, contrarios a la injerencia de Estados Unidos en el país y en la región. En la universidad se colgaron banderas negras como señal de luto por la "muerte de la democracia" y se conformaron las primeras organizaciones de oposición.  Los estudiantes reclamaban el retorno a las formas democráticas de gobierno, y propiciaban, para ello, como método de lucha válido, incluso la violencia acompañando las protestas masivas de la oblación.

El inicio de las acciones guerrilleras

Como parte de las acciones rebeldes, el 26 de julio de 1953, un centenar de jóvenes pertenecientes a los sectores medios y obreros, ¡¡dorados por Fidel Castro, intentaron tomar el cuartel de Moncada, la segunda base militar de¡ país.  Buscaban con esta acción dar comienzo a un proceso que llevara al derrocamiento de¡ dictador.  El asalto fracasó, pero permitió al grupo revolucionario hacer un llamamiento a la insurrección y a la unión de¡ "pueblo" cubano: obreros rurales e industriales, pequeños agricultores, maestros, comerciantes, profesionales, desocupados, en definitiva, todos los sectores excluidos de la sociedad.

En 1956, los integrantes de¡ Movimiento 26 de Julio -denominado así por los revolucionarios luego de¡ acontecimiento de Moncada- organizaron desde México una expedición para ingresar clandestinamente en Cuba.  A bordo de un pequeño barco de nombre "Gramma", desembarcaron en las playas de la Isla y se establecieron en Sierra Maestra, donde crearon un foco guerrillero.  Con el tiempo, el grupo inicial terminó convirtiéndose en el "ejército rebelde".

Los guerrilleros dieron a conocer un manifiesto en el cual se expresaba la necesidad de que todas las organizaciones opositoras cubanas se unieran y formaran un gran frente revolucionario. Éste debía nombrar un gobierno provisional que exigiera la renuncia de¡ dictador y convocara inmediatamente a elecciones libres.

El ejército rebelde comenzó así a salir de su aislamiento y a encontrar nuevas adhesiones.  Se sumaron importantes contingentes de jóvenes que fueron conducidos por líderes como Camilo Cienfuegos y el argentino Ernesto "Che" Guevara.

Durante los primeros meses de 1958, los guerrilleros intentaron, sin éxito, organizar una huelga general.  A partir de este fracaso, decidieron continuar fortaleciendo las guerrillas rurales para resistir la ofensiva de¡ ejército de Batista y, posteriormente, invadir los llanos, tomar las provincias centrales y, por fin, derrocar a la dictadura.

En pocos meses fueron conquistando estos objetivos y, con el apoyo de amplios sectores de la población, en enero de 1959, tomaron La Habana, capital de Cuba.  La lucha antidictatorial por el retorno a las formas democráticas de gobierno, pronto se transformó en una verdadera revolución social.
Una vez en el poder, se adoptaron un conjunto de medidas que modificaron de raíz el orden social en Cuba.  El ejército de la dictadura fue reemplazado por el "ejército rebelde", los cargos de gobierno fueron asumidos por los jefes revolucionarios y, a partir de allí, se inició la tarea de transformar a la sociedad cubana.

Los cambios revolucionarios

Para modificar las enormes desigualdades económicas que caracterizaban a la sociedad cubana, el gobierno revolucionario comenzó a aplicar la Reforma Agraria.  Una primera ley de 1959 estableció que serían expropiadas todas aquellas tierras que excedieran las 400 hectáreas, por lo cual se respetarla la propiedad de pequeños y medianos productores.  No obstante, en 1963 otra ley decidió la expropiación de todas las parcelas mayores de 63 hectáreas.  La mayor parte de las tierras fueron distribuidas entre los campesinos que carecían de éstas y el resto pasó a formar parte de las haciendas estatales, las cuales ofrecieron trabajo a los desocupados de las zonas rurales.

Con la revolución la formación integral de los estudiantes empezó a combinar el estudio con el trabajo. Aquí se ve a un estudiante secundario trabajando la siembra de tomates en 1962. A pesar de haber iniciado una política industrializadora, los fracasos de la misma llevaron al gobierno revolucionario a reforzar la producción de bienes primarios, fundamentalmente níquel y azúcar.

La política económica llevada adelante por el gobierno revolucionario afectó, desde un primer momento, los intereses de Estados Unidos en Cuba. En 1961 Cuba rompió relaciones con Washington y proclamó el carácter socialista de su gobierno y estrechó sus lazos comerciales con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) y el resto de los paises socialistas.  Frente a esta decisión, Estados Unidos presionó a los demás países de América Latina y logró que expulsaran a Cuba de la Organización de Estados Americanos y rompieran relaciones con su gobierno.  Cuba sólo logró mantener relaciones con México.

Los cambios en la economía fueron acompañados por reformas en otras áreas, que buscaban transformar a la sociedad cubana.  En ese sentido, el gobierno estableció dos áreas de prioridad: la educación y la salud.  Se iniciaron campañas masivas de alfabetización, se crearon nuevas escuelas y universidades, creciendo notablemente el número de alumnos y maestros.

En cuanto a la salud, se implementó una red sanitaria para garantizar en forma gratuita la asistencia a toda la población, se crearon nuevos hospitales y clínicas, así como también, institutos de investigaciones médicas. Una nueva ley de alquileres redujo su valor en un 50%.  Además, se otorgaron créditos a largo plazo para que los inquilinos pudieran comprar sus casas.  Se estableció la gratuidad de todos los servicios (agua, luz, gas, teléfonos, etc.) y el establecimiento de una ración de alimentos y vestimenta para cada uno de los cubanos.  También se intentó reducir las diferencias salariales entre los trabajadores.

EL GOBIERNO DE CASTRO: LA IMPLANTACIÓN DEL COMUNISMO

El régimen de Castro pronto mostró su tendencia izquierdista. La reforma agraria promulgada en los primeros años afectó principalmente a los intereses estadounidenses en la industria del azúcar; Castro prohibió el establecimiento de plantaciones controladas por compañías de accionistas no cubanas y disminuyó el apoyo a la producción de azúcar en favor de otros cultivos alimenticios.

RUPTURA CON ESTADOS UNIDOS

En 1960 el gobierno cubano nacionalizó todas las compañías estadounidenses de la isla, medida a la que Washington respondió con la imposición de un embargo comercial. En enero de 1961 se rompieron totalmente las relaciones diplomáticas entre ambos países y el 17 de abril 1.300 exiliados anticastristas, apoyados y entrenados por Estados Unidos, llevaron a cabo en el sur de Cuba el desembarco de bahía de Cochinos.

En otoño de 1962 las relaciones entre ambos países se volvieron aún más tensas, cuando Estados Unidos comprobó que Cuba había instalado en su territorio misiles de origen soviético. El presidente estadounidense John F. Kennedy anunció entonces el bloqueo naval de la isla para evitar la llegada de más barcos soviéticos con armas. Después de varios días de negociaciones, durante los cuales la guerra nuclear parecía inminente, el presidente soviético Nikita S. Jruschov aceptó el 28 de octubre desmantelar y eliminar las bases de misiles, a cambio de la promesa del presidente Kennedy de no invadir la isla. Durante la década de 1960 las relaciones con Estados Unidos siguieron siendo hostiles; en 1962 Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA) debido a la presión que el gobierno estadounidense ejerció en contra del régimen de Castro. En 1965, por mediación de la Embajada de Suiza en Cuba, los gobiernos de ambos países acordaron permitir a los cubanos emigrar a Estados Unidos: más de 260.000 salieron del país antes de que el puente aéreo se diera por terminado de manera oficial en abril de 1973.

PERIODO DE AISLAMIENTO

Muchas de las actuaciones políticas de Castro distanciaron a Cuba de algunos países de Latinoamérica, aunque fueron aplaudidas por muchos sectores populares del continente. Después de ser expulsado de la OEA, el gobierno de Castro fue acusado de intentar fomentar la revolución en Venezuela, Guatemala y Bolivia, país donde el Che, que dirigía un grupo guerrillero, fue capturado y asesinado en 1967. Mientras tanto, Cuba continuó dependiendo de la ayuda económica de la Unión Soviética y de los países del bloque socialista. En 1972 se firmaron varios pactos con la URSS que garantizaban la asistencia financiera soviética, el desarrollo comercial entre ambos países y la prórroga de los pagos de la deuda cubana; además, Cuba se convirtió en miembro del COMECON, Consejo de Ayuda Mutua Económica.
El I Congreso del Partido Comunista Cubano se realizó a finales de 1975 y un año después se adoptó una nueva Constitución nacional que incrementó el número de provincias de 6 a 14 y creó la Asamblea Nacional, la cual celebró su primera sesión en diciembre de 1976 y eligió a Fidel Castro como jefe de Estado y de gobierno.

FIN DEL AISLAMIENTO

A mediados de la década de 1970 Cuba emergió del aislamiento diplomático. En julio de 1975, durante una reunión realizada en la capital costarricense de San José, la OEA aprobó una resolución de libertad de acción con la que se modificaba el embargo comercial a Cuba y otras sanciones impuestas en 1964 por esta organización. Las relaciones con Estados Unidos también comenzaron a mejorar; las restricciones en los viajes a Estados Unidos se hicieron más flexibles y, en septiembre de 1977, los dos países abrieron delegaciones en las capitales respectivas. No obstante, Estados Unidos advirtió a Cuba que las relaciones no podrían normalizarse hasta que sus demandas respecto a las propiedades estadounidenses nacionalizadas fueran satisfechas y Cuba limitara o pusiera fin a sus actividades en África.

FIN DE LA AYUDA SOVIÉTICA

En abril de 1989, con motivo de la visita del presidente soviético Mijaíl Gorbachov a La Habana, ambos países firmaron un tratado de amistad por 25 años, aunque Fidel Castro rechazó abiertamente la aplicación de las reformas políticas y económicas que Gorbachov había establecido en la URSS. En julio de ese año cuatro oficiales del Ejército fueron ejecutados y otros diez sentenciados a prisión acusados de contrabando y tráfico de drogas, el peor escándalo desde que Castro había llegado al poder. Con el colapso de la URSS a principios de la década de 1990, las ayudas y subsidios comerciales del bloque soviético a Cuba llegaron a su fin y las fuerzas soviéticas fueron gradualmente retiradas del país. Posteriormente, Estados Unidos endureció aún más las sanciones en contra de las relaciones comerciales con Cuba y en noviembre de 1992 la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución pidiendo el cese del embargo estadounidense. Estas resoluciones condenatorias de la ONU se repitieron de forma consecutiva en los años posteriores. En 1993 todas las tropas soviéticas enviadas a Cuba durante la crisis de los misiles ya habían sido retiradas.

LOS ÚLTIMOS AÑOS

Durante 1993 y 1994 se produjo la denominada “crisis de los balseros”: miles de cubanos cruzaron el estrecho de Florida después de que fueran levantadas las restricciones de salida; sin embargo, las continuas limitaciones impuestas por Estados Unidos a la entrada de ciudadanos cubanos en ese país incumplían los acuerdos migratorios a los que se había comprometido después del “éxodo del Mariel”. Esta situación llevó a los gobiernos cubano y estadounidense a mantener conversaciones bilaterales, cuyo resultado fue un nuevo acuerdo que normalizó la situación.

En 1996 el Congreso de Estados Unidos aprobó la ley Helms-Burton, que profundizó en el boicot económico ya existente al pretender penalizar a las empresas que mantuvieran relaciones comerciales con otras (filiales o no) radicadas en la isla. La Unión Europea, en clara oposición, presentó una serie de medidas aprobadas por los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros para neutralizar los efectos de esta ley. Esta normativa no ha sancionado todavía a ninguna de las empresas que comercian con Cuba, pero sí ha disuadido a aquellas que desean tener relaciones comerciales con la isla.

En enero de 1998 el papa Juan Pablo II realizó una histórica visita a la isla de Cuba, durante la cual se mostró a favor de un cambio de la política de Estados Unidos hacia la isla por “lesionar a los más necesitados”. Fidel Castro criticó el embargo estadounidense, al que calificó como “genocidio con el que se intenta rendir por hambre al pueblo cubano”. El Papa celebró varias misas multitudinarias, pidió la reconciliación de todos los cubanos y destacó la importancia capital del catolicismo en la formación última de la nación. Asimismo, solicitó la liberación de los presos políticos que llevaran más tiempo en las cárceles cubanas, petición que fue llevada a efecto de manera parcial semanas después por el régimen castrista.

Contesta estas preguntas a computadora.


1.       ¿Qué fue lo que causó la indignación del pueblo cubano y los llevo a la revolución?
2.       ¿En qué consistió el bloqueo soviético y cómo terminó éste?
3.       ¿Qué fue la ley Helms-Burton?

viernes, 8 de marzo de 2013

Wojtyla vive


Fernando Vallejo.

Wojtyla vive. Vive en sus obras. Sus malas obras. En el mal inmenso que le ha hecho a la humanidad con su oposición al control natal en un planeta superpoblado en que la capa de ozono está rota, los ríos están convertidos en cloacas, el mar es un desaguadero de cloacas y se está muriendo, las últimas selvas tropicales que quedan están desapareciendo y especies y más especies son destruidas a un ritmo inexorable por la rapacidad del depredador más destructivo que haya existido desde que el sol alumbra, el ser humano. Hoy somos 6.400 millones, de los cuales 3.000 millones han nacido durante los 26 años del pontificado de Wojtyla. De este aumento monstruoso de la población él es el primer responsable. ¡Si por lo menos se hubiera callado el pico! Pero no, tenía que hablar y hablar y hablar para hacerse ver como el vanidoso protagónico que fue y que se parrandeó a plenitud y hasta el último instante con su último aliento su puesto de Pontífice Máximo de esa institución inmoral y corrupta que es la Iglesia católica, el rebaño-jauría de las ovejas carnívoras. Cómplices suyos en la gran catástrofe demográfica que él instigó y que nos ha puesto al borde del precipicio y de la destrucción total de la Tierra han sido todos los jefes de Estado de nuestro tiempo empezando por los presidentes de los Estados Unidos y todos los líderes religiosos como los ayatolas musulmanes, pero ninguna oposición a los anticonceptivos y al aborto tan necia, tan cerril, tan obtusa como la suya, la de este lobo disfrazado de cordero, este hombrecito travestido que durante 26 años nos representó la farsa de la santidad. Santo que se hace ver es un vanidoso. No puede haber santidad protagónica, eso es un oxímoron, como cuando decimos sol oscuro. 

¿Y a son de qué y en nombre de qué se oponía al control demográfico? De la vida, según él. ¿Pero es que es vida la que llevan miles de millones de seres humanos sumidos en la miseria, el desempleo, el hambre, la enfermedad y la desesperanza? ¿O la que arrastramos todos, ricos y pobres, en un mundo de ciudades y carreteras atestadas en el que el agua y el petróleo se están acabando y en el que el crimen, la impunidad y la bellaquería se han ido apoderando inexorablemente de todas las sociedades? ¿O la de los animales masacrados en los mataderos, en las selvas y en el mar, por todas partes, sin que quienes detentan el poder político y el religioso alcen siquiera su voz para pedir la mínima compasión? ¿Eso es vida? 
Pero soy injusto. Wojtyla sí tenía su fórmula para el control demográfico: la abstinencia sexual por fuera del matrimonio, y aun en su seno cuando la eyaculación no esté destinada a la reproducción, cual es el caso del coitus per angostam viam o sodomización de la mujer que atenta contra la propagación de la especie. ¿O interpreto mal, cardenal Ratzinger? Y se lo pregunto a usted que es gran teólogo y decano del Sacro Colegio de Cardenales y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (galimatías cantinflesco tras el que se oculta ni más ni menos que la Santa Inquisición moderna) porque Wojtyla el infalible ya no está y en el interregno en que esto escribo todavía no se reúne el cónclave y le nombran sucesor, otro infalible, y hoy no tengo a quién preguntarle habida cuenta que Tomás de Aquino también ya murió: hace 731 años. 

En cuanto al homosexualismo y la pederastía, que también podrían servir para el control demográfico y que tantos curas, obispos, arzobispos y cardenales practican con fervor clandestino, Su Santidad los detestaba. ¡Es que le dieron tantos dolores de cabeza y le trajeron tantos sinsabores y demandas estos prelados non sanctos! Hasta el punto de que le estaban secando las arcas de algunas de sus diócesis más productivas, como las norteamericanas de Boston y de Portland, Oregon, la cual se tuvo que declarar en quiebra para eludir la avalancha de juicios por pederastía contra sus curas que se le vino encima. Ochocientos cincuenta millones de dólares han tenido que pagar las diócesis norteamericanas para acallar a los que demandan a sus curas y obispos por abuso sexual y tapar el escándalo. Si tenemos en cuenta que los católicos de los Estados Unidos le producen al Vaticano 7.500 millones al año, las demandas todavía son costeables, pero dada la voracidad por el dinero que caracterizó a Wojtyla, perder semejante platal para él ha debido de ser algo espantoso, como un segundo mal de Parkinson. ¡Ah, cómo le amargaron los maricas su reinado a Su Santidad! Y así Ella, Su Santidad, fue un papa homofóbico o "mataputos", como se dice en México. Y por añadidura paidófobo, detestaba a los niños. Y en prueba esa palmada en la mano que le dio, ya al final de su vida, a una niña que le ayudaba a lanzar unas palomas desde su ventana (la famosa ventana que da a la plaza de San Pedro y se abre al cielo de mi Diosito) porque la niña por nerviosa se equivocó y las lanzó mal y una se le devolvió y le dio un aletazo a él en la cara y casi lo caga. No se pudo controlar el santo y le propinó a la niña su buena palmada que filmaron y transmitieron por televisión. Yo la vi, a las cinco de la tarde, en un noticiero de televisión. Cuando horas después traté de volver a ver la palmada en otro noticiero de la media noche, ya la habían cortado. 

Wojtyla no hizo pues suya la frase de Cristo "Dejad que los niños vengan a mí", que le ha llenado en cambio la vida al padre Marcial Maciel, fundador del jardín florido de los Legionarios de Cristo mexicanos y quien durante el pontificado del difunto papa tuvo abiertas de par en par las puertas del Vaticano, por el que entraba y salía como san Pedro por su casa, o como nuestro Alfonso López Trujillo, quien cuando fue arzobispo de Medellín se distinguió por su pederastía tanto como por sus negocios non sanctos con la mafia que finalmente le costaron la expulsión de mi ciudad y su exilio en el Vaticano donde lo recibieron con los brazos abiertos y en premio a sus trapacerías y sodomías lo nombraron presidente del Consejo Pontificio para la Familia, altísimo cargo desde el que nuestro paisano llueve y truena contra lo que conoce muy bien, el coito sodomítico que atenta contra la supervivencia de la especie, y desde el que insiste tercamente en su tesis de que el virus del sida traspasa los condones. ¿Será que lo habrán infectado? ¿O será que lo habrán preñado? Teólogos metidos a sexólogos, fornicadores haciéndose los remilgados, que por ahí no pichan. Ah, y al arzobispo de Boston el cardenal Bernard Law, el funcionario de más alto rango de la Iglesia católica de los Estados Unidos y quien en diciembre del 2002 tuvo que renunciar a su arzobispado por las presiones de los católicos de su diócesis que lo acusaban de alcahuetear a los curas pederastas, Wojtyla lo refugió en Roma nombrándolo arcipreste de la Basílica Santa María Mayor. Cuando los fieles de una parroquia de su diócesis acusaban a un cura de pederastía, Law simplemente lo transfería a otra parroquia y listo el pollo, adiós escándalo, se apagó el incendio. Esta palomita ha tenido ahora el altísimo honor de celebrar la cuarta de las nueve misas fúnebres del novenario con que la Iglesia ha despedido en Roma al papa difunto. Cañonero mayor, como quien dice, ha disparado el cuarto cañonazo para anunciarle al cielo que va para arriba como un volador el nuevo santo y que abran las puertas rápido. "Santo subito!", grita la turbamulta en italiano, o sea "¡Santo ya!". 
¿Y por qué refugiaba Wojtyla a semejantes palomitas blancas en el seno de su reino puro? Hombre, por la misma razón que, no bien asesinaron a su predecesor Albino Luciani y él ascendió al papado, de inmediato cubrió con su manto al arzobispo de Chicago Paul Marcinkus e impidió que metieran entre rejas a quien había sido el representante in pectore de Pablo VI en los más tenebrosos manejos del Banco Vaticano que llevaron a la quiebra fraudulenta del Banco Ambrosiano tras una estafa de 600 millones de dólares. Alcahueta de cuanto pícaro y marica le pudiera servir, Wojtyla, el papa negociante, le decía a su amigo y biógrafo Gian Franco Svidercoschi que la Iglesia debía ser "una casa de vidrio". Y sí, en una casa de vidrio transparente vivió él para que lo vieran día y noche en su impudicia protagónica, pero nunca lo fueron las finanzas del Estado Vaticano, el octavo paraíso fiscal del mundo, a la altura de Suiza, las Bahamas y Liechtenstein, y cuyo mencionado Banco Vaticano (tartufamente denominado Istituto per le Opere di Religione) maneja 55 mil millones de dinero sucio italiano. ¡Como desde el concordato con Mussolini está exento de impuestos este Estado delincuente! Y después le salen a uno con que el producto interno bruto de la Ciudad Santa es de 20 millones de dólares o algo así. ¡Por Dios, no mientan! Multipliquen por 3 y después por mil a ver si nos vamos acercando. 

¡Cifras tremendas las de estos negociantes tonsurados, de estos gángsteres ensotanados que se han embolsado los millones y las joyas robadas a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial aprovechándose del concubinato de Pío XII con los nazis! Pero no nos enredemos con papas del pasado, que pícaros de ésos en total ha habido 264. Concentrémonos en el transparente, en el que acaba de morir, a la vista de todos, con pompa y circunstancia, exhibiendo la opulencia insultante de su reino ante los pobres de este mundo. A ver, reinó 26 años y medio, ¿en días cuántos dan? Veintiséis años y medio de pontificado dan 9.661 días durante los cuales el Papa Viajero visitó 130 países, promulgó 13 encíclicas, 13 exhortaciones, 41 cartas papales, convocó 8 consistorios, 15 sínodos, pronunció 2.400 discursos o sermones u homilías o como las quieran llamar, infló el santoral en 482 santos y 1.316 beatos y trazó en el aire 23 millones 543 mil 327 bendiciones que yo conté y de las cuales una me cayó en el saco como mierda de paloma. Gracias a Dios tenía a la mano unas hojas de cuaderno con las que me lo limpié. Y todo lo enumerado, todo, todo, trompeteado a los cuatro vientos por la prensa y la televisión, que son rameras y se venden pero que cuando huelen un cadáver próximo se convierten en buitres. Como ahora, a raíz de la ostentosa muerte de Wojtyla. Porque, Dios existe y Alá es grande y Mahoma su profeta, finalmente murió. 

Nueve viajes "apostólicos" hizo a África, durante los cuales, yendo de Gambia a Zambia y del tingo al tango, visitó 32 países. Dignas de recordar son sus visitas al epicentro del sida -Congo, Zaire y Sudáfrica-, donde anduvo predicando contra los preservativos, pese a que (según dicen aunque no he tenido tiempo de verificar), el Vaticano posee acciones en fábricas de condones. Lo cual habla bien de él y de su rectitud moral, pues a él no le importa perder mientras pueda ganar. ¡Como era el Papa de la Vida! Y yo pregunto ahora: de los miles o millones de niños africanos que nacieron infectados por el sida a raíz de su prédica contra el condón, ¿a cuántos recogió en sus palacios vaticanos? A tantos cuantos recogió de los que nacieron en Colombia después de su visita de 1986 a nuestro país a donde vino a predicar lo mismo, y que de no haber sido por su corazón bondadoso que los albergó allá hoy serían carne de cañón de las Farc, el ELN, los paramilitares, el ejército y el hampa de la calle. 

Le atribuyen como gran mérito el haber sido junto con Reagan el gran artífice de la caída del comunismo. No hay tal. El comunismo se cayó porque Rusia fue a dar a manos del inepto de Gorbachov. Donde en vez de éste Rusia hubiera tenido, por ejemplo, a Kim Il Sung, el tirano de Corea del Norte, hoy otro gallo nos cantara. Al sindicato de Solidaridad lo habrían aplastado entonces los rusos como una cucaracha polaca, con papa polaco o sin él. 

Su oposición a los preservativos, a los anticonceptivos y al aborto en un mundo superpoblado y por el que se extiende incontenible la pandemia del sida para mí es un crimen contra la humanidad. Y el no haber defendido los derechos de los animales lo considero un crimen contra la vida y contra el planeta. Éstos fueron sus crímenes mayores. En cuanto a sus bellaquerías, no tienen cuento. He aquí algunas: nombrar a Angelo Sodano, amigo de Pinochet y alcahueta de sus crímenes durante los 11 años que fue Nuncio Apostólico en Chile, para el puesto más alto de la burocracia vaticana después del suyo, como Secretario de Estado. Otra: recibir en audiencia privada en el Vaticano al criminal nazi Kurt Waldheim cuando era presidente de Austria, al terrorista Yasser Arafat (cuatro veces) y a Fidel Castro, a quien le retribuyó la visita viajando un año después a Cuba y legitimando con su presencia allá la continuidad en el poder del tirano. Otra: santificar al tartufo español José María Escrivá de Balaguer, fundador de la secta franquista del Opus Dei y más perverso y tenebroso él solo que toda la Compañía de Jesús junta y sumada a la caterva salesiana (con la bendición de Wojtyla el Opus Dei acabó desbancando a la poderosa secta de Ignacio de Loyola que desde los tiempos del cisma protestante había detentado el poder económico e intelectual del catolicismo). Otra: el show infame del 12 de marzo del año 2000 cuando para hacerse ver convocó a la giornata del perdono y divulgó el documento "Memoria y reconciliación, la Iglesia y las culpas del pasado" haciéndole al cuento de que iba a pedir perdón por los crímenes de la Iglesia, pero no, por lo que pidió perdón este embaucador nato fue por los crímenes de los católicos, lo cual es una cosa muy distinta. Crímenes de los católicos son, por ejemplo, los 27 mil asesinatos que cometen cada año los católicos colombianos. Y crímenes de la Iglesia son, por ejemplo, las campañas militares asesinas contra los árabes de Jerusalén en la Edad Media conocidas como las Cruzadas; o la destrucción de las civilizaciones precolombinas en la evangelización de los indios americanos por la fuerza; o la quema por la Santa Inquisición de incontables inocentes con las acusaciones de brujería o de herejía. Quemar a un ser vivo (humano o no) no tiene perdón del cielo. Si Dios calla ante este acto monstruoso, una de dos: o no existe, o es el Ser Más Malvado. 

¿A dónde no fue? ¿Dónde no habló? ¿Con qué tirano o granuja con poder no se entrevistó? Un poco más y recibe al genocida de Saddam Hussein, a cuyo derrocamiento se opuso porque, oportunista como ninguno, políticamente era lo que le convenía: ir contra los Estados Unidos montándose en la cresta de la ola antinorteamericana. El Papa Viajero viajó siempre en jet privado, y en su agonía impúdica y protagónica ocupó todo un piso del Hospital Gemelli como si fuera un príncipe petrolero saudí. ¡Y cuándo tuvo una palabra de amor por los animales! Una siquiera. ¿Defendió acaso a las focas de los canadienses que las matan a palazos, o las ballenas que los japoneses y los noruegos matan a arponazos, o las vacas que acuchillan los matarifes en los mataderos de los países católicos para alimentar con proteínas, dieta fina, a la grey carnívora? ¡Ah puto viejo, ah puta farsa! Otro más de los grandes mentirosos y criminales de este mundo que se nos va sin castigo. El Papa Pérfido es como lo conocerá la Historia cuando se calme el revuelo de esta turbamulta paridora y de esta alucinación colectiva. Mi consuelo es que su miserable vida y su grotesco fin y su afrentoso entierro los borrará el próximo mundial de fútbol. ¡Que si qué! Dios existe, y si no mírenlo haciendo lindezas en Asia mandando tsunamis. Ahora, en estos momentos, mientras escribo, Karol Wojtyla, el Papa Pérfido, goza impune de la eterna paz de la nada